afectando la buena fama de tu hermana
Afectando
la buena fama de tu hermana.
La manera como se conciben las cosas que uno ve o
escucha, no siempre son lo que parecen ser. ¡Podemos equivocarnos! De esta manera afectamos la buena fama de una
persona, al hacer comentarios negativos dañando su reputación grandemente. Yo misma sin darme cuenta soy la más dañada.
¡He roto mi comunicación con Dios!
En proverbios 6:16 se nos mencionan seis cosas que
aborrece Jehová y aun siete que abomina su alma, esto significa: Dios siente
aversión por estas cosas, al considerarlas malas y perjudiciales para sus
hijos.
La
lengua mentirosa, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies
presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, el que
siembra discordias entre los hermanos…
Cuando habla de: “un
corazón que maquina pensamientos inicuos” está diciendo que; es un
corazón que trama de forma oculta y artificiosa, provocando un daño
intencional en otra persona. Estamos hablando de una persona ¡sumamente mala!
Sus pensamientos son malvados y los lleva a cabo a sabiendas del daño que va a
ocasionar.
Sin duda, lo anterior conduce a tener una “lengua mentirosa”. El engaño siempre irá
de la mano de la mentira, ya que el propósito de la mentira será hacer creer al
oyente una falsedad, dicha de una manera muy artificiosa y sin dejar duda
alguna de que lo que se dijo es “la verdad”.
Recuerda, la escritura dice en el salmo 94: “El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó
el ojo ¿no verá? El que castiga las naciones ¿no reprenderá?
Jehová
conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad. Por
tal motivo hermanas, andemos con temor y temblor delante del Señor porque nada
podrá estar oculto delante de él, sino que saldrá a la luz.
Que hoy sea el día en que dejemos de hacer lo que después
podríamos lamentar.
Amémonos sinceramente unas a otras, “sin fingimiento”. El
amor ya ha sido derramado en nosotras y el deseo de Dios es que: “No amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad”.
Y en
esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones
delante de él; pues si nuestro corazón nos reprende mayor que nuestro corazón
es Dios, y él, sabe todas las cosas.
“Usemos
nuestra boca para bendecir”.
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