"EL SENDERO DE MI VIDA"
Hay un sendero que debemos recorrer a lo largo de
nuestras vidas, este sendero está lleno de cosas bellas que traerán alegría y
satisfacción; es como si tomáramos un pincel y empezáramos a darle un color
hermoso a cada uno de nuestros días.
Conforme avanzamos por nuestro sendero de
vida, nos daremos cuenta de que no todo es hermoso. “El pincel se tomará otra
vez”. Delicadamente empezará a plasmar
las huellas de dolor, lágrimas incertidumbre, aciertos, equivocaciones. ¡No te
asustes! Solo permanece bajo la protección de Jesús.
Abre tu corazón a Dios, y deja que a través
de su palabra te hable, permite que sea él quién te enseñe tus errores;
entonces podrás decir como Job 34:32 “Enséñame tú lo que yo no veo; si hice mal,
no lo haré más”.
Caminando diariamente por nuestro sendero
habrá: Baches, fisuras, grietas, abismos, túneles, desiertos, tempestades,
por los cuales deberemos transitar; su finalidad es hacernos crecer en fe, y al
mismo tiempo madurar como personas, es parte de la enseñanza de Dios para
nuestra vida.
“Somos únicas en el diseño de Dios”. Reconocer esta verdad
nos llevará al salmo 139 versos 13-16 “Porque tú formaste mis entrañas; tú me
hiciste en el vientre de mi madre.
Te
alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi
alma lo sabe muy bien.
No fue
encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo
más profundo de la tierra.
Mi
embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
¡Cuán
preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán
grande es la suma de ellos!
De verdad que podemos estar maravilladas al ver el Poder
de nuestro Dios en la formación de nuestros cuerpos; las que somos madres
seguimos maravillándonos al ver la manera especial en la cual Dios formó a cada
uno de nuestros hijos. El saber que Él me vio desde que era un “Embrión” me
hace especial ante sus ojos.
“Somos únicas ante los ojos de Dios” no hay otra mujer
igual a nosotros en nada, él nos hizo con un diseño único y especial, nadie
transitará tú vereda especial, porque fue hecha especialmente para ti.
¿Qué habrá a lo largo de tú vereda especial?
Nadie lo sabe con exactitud. Lo que sí sabemos, es que no será fácil caminarla
sin Jesús. Muchas de nosotras ya hemos pasado por: Baches, fisuras, grietas,
abismos, túneles, desiertos, tempestades y ahora sabemos que todo lo anterior
fue utilizado para hacernos crecer en fe y al mismo tiempo madurar como
personas.
Necesitamos empezar a transitarla con fe, esperanza,
agradecimiento, con firmeza, sabiendo que no voy sola, “voy de la mano de mi buen
Pastor”
Recuerda: Cada día agregamos una pincelada especial a
nuestro sendero. Hay áreas de difícil acceso, donde solo podemos ver lo incierto
de nuestro futuro, y nos da miedo, porque no tenemos un alargador telescópico
para poder ver el final del día, mucho menos el final de cada etapa de nuestra
vida. Solo podremos decirle a Dios: “Enséñanos
de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.
Traer al corazón sabiduría implica reconocer nuestras
fallas, reflexionar sobre ellas, hacer cambios para no caer en los mismos
errores. Pedir al Señor que en nuestro corazón “contemos ese día como único e
irrepetible”, las oportunidades que dejemos pasar ya no estarán, jamás
volveremos a vivir “ese día de la misma manera”.
Lo maravilloso de la vida es que cada día recibiremos
“una nueva misericordia de parte de Dios”. No estamos solas, su Palabra nos
alienta cuando dice: “Mi alma en Dios solamente reposa, porque él
es mi esperanza. El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no
resbalaré, en Dios está mi roca fuerte
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